LA PALOMA DE LA PAZ

Odio a las palomas. Son sucias, me dejan el balcón a la miseria, me despiertan con ese graznido estúpido no bien amanece y ahora me entero por Internet que transmiten un montón de enfermedades. 
Cada vez que puedo las mato. 
Como si fuera poco tener que soportarlas en todos lados, el otro día iba en el colectivo y cuando paró en Constitución, un chico de unos seis años que iba sentado delante mió al lado de la abuela, miró por la ventanilla y le dijo entusiasmadísimo: __Mirá abu qué lindas las palomas. ¿Por qué la gente no les da pan? 
¡Pendejo pelotudo! Le hubiera pegado una trompada. Habría que hacerle comer la mierda de las palomas antes de irse a dormir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Para dejar su comentario seleccione el perfil ANÓNIMO, o si prefiere utilice alguno de los perfiles disponibles.