TE HAGO EL VERSO

Soy una mujer
que vuela con plumas
robadas a lo azaroso

Soy más que la suma de mis amores
Y la multiplicación de la resistencia

Signo indigno
para cualquier dogma

No me gustan las vidrieras
ni los gurúes
ni las guías para turistas

Tengo cierta brújula pero ninguna red


Arrancar etiquetas
Arrancamos una
Arrancamos dos
Arrancamos tres
¿Y después?

Nos ponen una etiqueta
Nos ponen dos
Nos ponen tres
Y la rueda empieza otra vez



Átele la lengua y el pensamiento.
Que conste en actas
El silencio es salud
Todo va mejor con
Preferible buenos muertos
en afiches
Cada cual atienda su juego
como debe ser
Oficio de separadores
Pasadas de muda
No hay nido
No hay nada
Hay nudo



Los caracoles van y vienen
con su casa y su baba
Baba de caracol
Caracoles en fuga
No andan por el sendero pánico
Habré de admitir la oscilación
los ciclos tímicos
la oxidación de los afectos
campo visual
campo clandestino
campo de com centración
corazón descampado
sin caparazón
Lo líquido
Lo abrasivo
Lo síntimo


Aforismos que no afirmen
Dioses sin templos
Miel que no empalague
Pasión sin incendio
Lo sagrado sin la furia
El contorno del agua
Encrucijadas
Paradojas
Ojos con hojas
Ajobas
Jorobas en lo bajo


labios abotoxados
silicios
sinuosidades
vagina vital y móvil
quirúrgicamente virginizada
lipovianda
para hombres que esperan un banquete


Hay que borrar el error con goma
Horror al error que acarrea ruido
Use corrector
Una goma berreta no borra rápido
Raspe la hoja, pero no la rompa
Repetidas veces raspe la hoja
con la goma de borrar
Repita el raspado
Arrepiéntase 
Corra a raspar otro error
No puede haber borrones
Rotule
Que no queden rastros 
so pena de grueso calibre 
para los que persistean en el carril 
insurrecto



ese hombre
camina lindo
con cierta torsión tanguera
como gozando la vereda sin pretensiones

UN SER QUE CANTA

Noche de verano. Estoy recostada sobre un futton con un libro en la mano.
De repente, tic, algo me toca y salta. Yo también salto: ahí, sobre la colcha, un insecto negro, grande, con caparazón.
Mi piel, puro rechazo aunque la mente diga "no hace nada" El animal, quieto, expectante.
Tomo una ojota y le doy. Fea sensación. Pero el bicho, me imagino que moribundo, logra salir por debajo de la ojota. Le doy con la otra ojota y aún así insiste en su voluntad de vivir hasta que asesto el golpe final. Sin embargo, cuando lo recojo con un papel,  siento un leve movimiento.
Lloro.
Me parece que era un grillo, un ser que canta en el silencio de las noches estivales.

LA CASA ( Rodi, 8 años)

Vivo en un edificio antiguo de Constitución. Todos dicen que es precioso.
Abajo hay dos locales inmensos que están en alquiler .
La señora que es presidenta del consorcio y que habla a los gritos, quiere que en uno pongan una farmacia multirrubro y en el otro, un negocio de comidas rápidas.
Está bueno porque entonces la nuestra va a ser la casita feliz.

LA MADRE ( Noelia, 15 años)

Tengo doce años. Cuando era chica mi mamá me decía siempre: “Vos no querías nacer”.
Yo no entendía eso, porque a mì me encantaba jugar, andar por los aires y moverme con mucho donaire. Sin embargo nunca le pregunté.
La canción esa de andar por los aires dice también “déjenla sola , solita y sola , que la quiero ver cantar…”
Será por eso que me gustaría ser actriz y cantante y hacer unipersonales.

CUERO QUE LLORA

La profesora lleva al curso una cajita chayera que hizo con sus manos.
Les cuenta a los pibes y pibas que fue a un Encuentro de Teatro en Amaicha del Valle en Tucumán, les habla de la belleza del lugar, de las ruinas de los quilmes y su historia y les explica que en quechua la caja se llama huancara que según un lugareño quiere decir cuero que llora.
Les muestra lo bien que suena porque los hilos están con la tensión justa y necesaria y la caja empieza a pasar de mano en mano hasta que la agarra Nahuel.
Es un chico de quince años, sensible, inteligente, enojado a veces por descuidos familiares y futuro papá de una beba.
Toma la caja y empieza a golpearla con el puño hasta que se abre una herida en el cuero que ahora llora sin música ante la mirada triste del muchachito.
_ Ay, qué pena! – dice la profe y enseguida agrega:
_ No importa. Ya la vamos a hacer sonar de nuevo, aunque sabe que eso es casi imposible.

SOBRAS

Coqueto bar en Recoleta.
Los que ya no están en la mesa comieron, bebieron, leyeron “La Nación” y dejaron
dicha mesa como un basural,
La camarera recoge con cierto aire resignado los restos de la abundancia.

VIOLÍN EN BOLSA

EL cartonero está canturreando porque encontró un montón de papeles que le garantizan
el pan de cada día.
Alguien del Teatro Colón decidió tirar al tacho partituras muy valiosas como
patrimonio musical.
Violín en bolsa.

REALITY

Ese hombre pequeño, gris, con aspecto de jubilado, vive solo en un pequeño departamento de San Cristóbal. 
Pocas veces sale de allí. No tiene ni celular ni computadora, pero lo llaman a cada rato para ofrecerle promociones y supuestos premios. 
Atiende con mucha amabilidad esos llamados e inicia siempre algún tipo de conversación que excede la intencionalidad de la oferta. 
Parece que fuera su único placer. Cliente infalible de todos los delivery, también compra todo tipo de objeto inútil, al punto de que su departamento se ha ido llenando de ellos y queda muy poco espacio para circular. 
Ahora filman su rutina diaria y se lo puede ver todos los días en un programa de TV, sentado en un sillón que adquirió en un “Pague ya”, durmiendo en una cama que prometía acabar con cualquier dolor en la columna o comiendo lo que le han traido en una bandejita de plástico. La única condición del contrato es que respeten su intimidad en el baño. 
Se considera un hombre como tantos y cuenta que con el dinero que gane se va a comprar una casa con un patio, pero sin jardín.

PENAS Y OLVIDOS

Te fuiste, pero no dejaste que me fuera. 
No me dejaste ir, pero te fuiste. 
Hoy, por fin, ya no te recuerdo cada noche, pero me quedé vacía.

TIEMPOS

La mujer dijo: _ Quedáte 
El hombre respondió: _ No, tengo que hacer trámites 
_ Dále, quedáte 
_ Son trámites que no pueden esperar. Al día siguiente, la mujer ya no estaba.

DESTINO

Dame la mano. No cabe duda: esa línea es muy corta; la otra, muy larga.

CIENTO OCHENTA GRADOS

Sabía que cuando lo dijera, ya nada volvería a ser igual.

CAMINO

Estuvo detenido veinte años.
Ahora, afuera, con sus ojos vueltos hacia un cielo impecable, decide que va a emprender el regreso.

Son dos o tres pibes de once o doce años. 
Viven en la calle. 
Alguien le da comida o abrigo o alguna palabra de afecto. 
Muchos pasan, simplemente pasan. 
_ Sólo quiero comer y dormir_ dice un de los chicos. 
Otro escucha la conversación, pero no quiere despertarse. 
_ ¿Te gustaría ir a la escuela? 
_ Sí – vuelve a responder el que por un rato se sentó para comer algo que le dejaron.

SE EQUIVOCÓ LA PALOMA

A la paloma de la paz se la comieron hace rato entre misiles y submarinos.
Pero ahora se hacen safaris con turistas para caza deportiva de palomas-
Y más aún: ya son un bocado exquisito para alimentar a los países del norte de Europa.
Por ir al sur, se va al norte. Pensó que el cielo era el mar.

HACIA ARRIBA

Los barrios engordan con edificios que crecen a lo ancho y hacia arriba.
¿Hasta dónde vuelven las mariposas?
¿Y los pájaros verdes de papel?

TÚ ENSEÑAS NOSOTROS ENSEÑAMOS

El nene parece tener unos cuatro años.
La mamá le da un yogur mientras esperan el colectivo. El chiquito abre el envase y tira la cubierta a la vereda.
_ Eso no se tira ahí Gaby.
Él mira el suelo: una alfombra colorida de papeles, boletos, tapitas.
Gaby dice :
_ Mirá mami, si todos lo tiran ahí.
La señora lo mira y se queda callada.

PIBE CHORRO

Para la gente soy un pibe chorro y sí, un par de veces sali de caño pero no quiero matar a nadie, no bien puedan me van a matar a mi y no me importa porque ya a los quinse años que tengo vi de todo en el barrio me conocen todos porque me cabe ser rapero me dicen taco y los chavones me respetan yo no me meto con eyos y ellos no se meten con migo
pero no se porque siempre tengo bronca o como tristesa mi avuelo me dice que soy bueno pero que tengo malas juntas y voy a terminar mal pero porque los tipos atropellan gente en la calle matan pibitos y salen igual y no le dicen asesino como me dijeron ami ayer que no mate a nadie si ya se que los amenasaba pero porque tenia miedo y pedi las camaras de la tele porque tenia miedo que la yuta me matara aunque alomejor era mejor
los de la tele son turros porque se hacen los buenitos y sonrien todo el tiempo pero te miran con asco y seguro que piensan ojala lo maten a este negro de mierda como me dijo un tipo la otra vez
quiero ver a mi abvuelo porque no tengo a nadie mi mama semurio de sida el año pasado a mi viejo no lo conoci y mi avuela se murio el mes pasado que me crio
ahora voy a patear las paredes porque quiero gritar pero soy un maricon porque estoy yorando soy un puto un marica que no puedo parar de yorar

ESCRITO SOBRE LA PERSIANA DE UN NEGOCIO

YANI PERDONÁME
YO TE NECESITO A VOS Y A NUESTRA HIJA
¿Le habrá dicho alguna vez que la ama?
Si se lo dijo ¿cómo?
¿Mirándola a los ojos?
¿Con un mensaje de texto?
¿Con una llamada?
¿Con un mail?
¿O también lo habrá escrito sobre la persiana de un negocio?

TRIBUTO AL NIÑO AZUL

“El sol…”Me gustan los días soleados, aunque tengo que aceptar la existencia de la noche en sus formas más ominosas.
No me acostumbro: amo el misterio de la noche, sus enigmas, sus incógnitas, la pura poesía de sus estrellas; pero a veces me desvela tanta oscuridad.
“Es peligroso sentarse bajo un árbol” te escuché decir. No siempre , Niño Azul. Haroldo Conti escribió que “un día de un árbol viejo es un día del mundo”. 
En cuanto a “los vecinos ideales”, seguro que no son los míos.
La aldea se ha vuelto global y el mundo es un pañuelo. ¿o “fue y será una porquería?.
“Acá tengo una nube” ¿Me subo o no me subo? ¿Y si es tóxica?
Es cierto que “existe el tiempo que todo se lo lleva”; lo que no quiero es adaptarme a los vínculos descafeinados, dietéticos, líquidos. Y me pongo triste y rumio: “Todo esto pasó con nosotros” rememorando un poema precolombino.
Me acuerdo de una maldición (china o hindú): ¡“Ojalá te toque vivir en tiempos interesantes”! .
Me gusta que vos, Niño Azul no andes corriendo vanamente.
¿Are you slow people?

ESTADO DEL TIEMPO

Por mis pezones pasó el amor, pero no el niño ni la niña.
Lavo mis dientes.
Me pongo el piyama; tengo que madrugar y ya es muy tarde.
En quince minutos estaré durmiendo. El feriado que era mañana, ya transcurre.
Y así, quizá envejecer y morir.
También soñar.

ADOLESCENTE EN CAÍDA LIBRE

Fernando C., lápíz sobre papel, 10x15 cm., 2009











Estuvo piloteando tres duelos, en una navegación casi imposible, anclados los tres duelos en un dolor férreo, en una sola bronca, en una desigual carrera con la sombra. 
Hoy dijeron en la que fue su escuela: “ Ya está perdido” y un cierto alivio pareció viciar el aire. 
No pudieron abrazar su pulsión de vida, enmascarada tras su declaración de muerte.

DIDÍ

Se llamaba Didí. 
Era un gato sutil y aguerrido a la vez, de ojos dorados y pelaje gris. 
Sabía estar en todas partes sin invadir ningún espacio. 
Pequeñito y musculoso, gato bonsai, tan redondito y peludo... 
Sabio, abrazable, iba a su aire, pero siempre cerca. 
Se llevó su música a otra parte. 
¿Adónde va el alma de los gatos cuando mueren? 
La casa se quedó sin su mirada enorme y luminosa en una noche triste.

CORTOMETRAJE

En la estación de un pueblo, una nena juega con una muñeca de tela. 
Pasa un tren de carga. 
La nena ya no está. 
Ahora se ve a una adolescente apoyada en la pared; está hojeando un libro. 
Pasa un tren de pasajeros, pero no se detiene. 
La adolescente se ha ido. Llega a la estación una mujer de unos treinta años que mira a uno y otro lado. 
Se detiene un tren. Nadie baja. 
La estación queda vacía hasta que aparece una señora de unos cincuenta años, aunque de aspecto juvenil. Camina por el andén. 
En un momento se sienta en un banco de madera, junto a una chica que le sonríe y le pregunta la hora. 
Pasa otro tren. 
La estación está otra vez desierta. 
Pero a lo lejos se ve acercarse a una anciana, lentamente, inexorable.

PIELES

La niñita pide monedas en la calle Florida. Está descalza; las manos, la carita, los pies, sucios. 
Se llama Topacio y tiene cinco años, aunque con un cuerpito de tres. 
Me agacho para hablar con ella y ella también lo hace. 
Su ojos, limpísimos. 
__No te vayas__ me dice. 
Enfrente, un negocio: PIELES TOPACIO. 
En la vidriera, cueros muy finos.

POR LAS QUEBRADAS

Epifanía de siglos. Misterio expuesto a mis ojos y al corazón que busca en soledad un destino colectivo.
Devengo animal, piedra, árbol, grito, lentitud, melancolía andina.
De pronto, un puñado de mujeres coyas con sus niños cortan la ruta por unos minutos con una pancarta:”Viviendasdignas para nuestros hijos.”
Rostros marcados en los cerros, centenarios y oscuros como el de las viejitas que tan bellas van de aquí para allá con sus cargas y sus sombreros que les dan un peculiar señorío.
A medida que sube el ómnibus, el cielo se pone más y más azul y el sol me recuerda que hay tarde para rato.

YO TENGO QUE ESTAR AHÍ

__ Quedáte a tomar un cafecito conmigo 
__ No vieja. Me espera Juanse. Sale a las siete del laburo. Tengo que estar ahí. 
__ No me gusta ese Juanse. Muy bohemio. Huguito me gusta más para vos. 
__ Ay mami, Juanse es divino, super compañero. Huguito, como lo llamás vos, tiene humos de niño bien. Lo único que le interesa es recibirse de abogado para defender a los ricos y viajar a Europa. 
__ Juanse te mete ideas raras en la cabeza; mucha política.

CELESTE

Cuando saliste de tu casa rumbo al trabajo sentiste cierta perplejidad.
La calle arbolada de Parque Centenario estaba envuelta en una bruma celeste que te transportaba sin que pudieras o quisieras hacer algo para evitarlo.
Era como una cinta sin fin y allá, en el fondo, una delgada línea luminosa que se expandía a medida que te acercabas.
La bruma celeste empezó a esfumarse y te encontraste caminando por un sendero puro sol, puro verde, puras margaritas. El horizonte se te escapaba a medida que parecías acercarte aunque no desaparecía. Siempre habías amado la montaña; por eso te sorprendía el goce causado en todo tu cuerpo por un paisaje tan llano.
El subte se detuvo con cierta brusquedad. Leiste "Florida" y bajaste.
Cuando llegaste a la oficina el jefe te preguntó:
__¿Qué hace con esa margarita en la mano?

DESTINOS

Él hubiera querido nacer un 1º de enero. 
A ella, en cambio, le hubiese gustado nacer un 31 de diciembre. 
Sin embargo, él había nacido un 28 de febrero y ella, un 6 de enero. Se casaron y tuvieron dos hijas: una nacida en un jueves santo y la otra en un martes de carnaval. 
Los nietos fueron dos varones mellizos nacidos el 21 de septiembre. 
Ella y él envejecieron juntos y felices. Ella murió el 31 de diciembre y su marido, el 1º de enero siguiente.

PARAISO PERDIDO

El ojo del perro solo sueña con un amo. 
El ojo del amo sueña con el ganado. 
El ojo del ganado sueña con un mundo vegetariano. 
El ojo del vegetariano sueña con el fruto prohibido.