Sé que me estás engañando. Es más, sé con quién, es una colega tuya.
Sacaste un pasaje a Río, un congreso, claro. Ella va por su cuenta.
Hoy venís temprano para que te ayude a preparar el equipaje.
Cuando llegás, te sirvo un cafecito .Mientras te duchás pongo música y preparo la mesa. Hice pollo al horno que tanto te gusta y compré un vinito muy rico.
Antes de irnos a dormir dejamos la valija lista .
Prometo llamarte a las cinco.
Yo me levanto a las cuatro . Vos dormís tranquilo, a pata suelta diría mi abuela.
Voy al baño y, cuidadosamente, escondo tu dentadura postiza, la que te sacás conmigo antes de acostarte, salvo cuando querés coger, ahí te la dejás. Pero los demás días no, total hay tanta confianza.
Seguro que ella no sabe que usás dentadura postiza, no se te nota.
Te llamo.
Vas a darte un baño. Escucho tus gritos preguntando por tu sonrisa acrílica de destacado investigador,
prestigioso conferencista, marido ejemplar.
Te ayudo a buscarla, pero no aparece.
Mi amor, pensá dónde la dejaste, no puede ser.
Nunca te había visto llorar. Como un chico. Llorar a mares, a cántaros, a morir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para dejar su comentario seleccione el perfil ANÓNIMO, o si prefiere utilice alguno de los perfiles disponibles.